Está sucediendo mucho, la presencia de la cámaras de medios periodísticos que están ahí para guardar registro de los sucesos que están pasando en un lugar alteran el comportamiento de los protagonistas de la escena.
Un ejemplo abundante es el apelotonamiento delante de la cámara en el transcurso de celebraciones, con los participantes queriendo demostrar de forma especialmente elocuente su euforia. En el tumulto es difícil que la gente desaproveche la ocasión de hacerse protagonista.
Otro caso más preocupante son aquellas escenas donde uno intuye que un segundo antes de que se encendiera la cámara la gente no estaba celebrando ni enarbolando banderas. Un ejemplo, rebeldes libios subiéndose a un tanque en medio del desierto, en un momento de impás en la guerra, resulta evidente que saltan y gritan para la cámara.
Pasa muchas veces. Se sabe que siempre que nos acercamos a observar un proceso, no podemos evitar provocar algún tipo de alteración sobre él. Pero imagino que habrá gente que haya reflexionado sobre ello, habrá gente preocupada por que el propio mecanismo de información altere aquello sobre lo que intenta informar, impidiéndonos tener una información limpia sobre los sucesos.
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