viernes, 27 de mayo de 2011

Más palabra, menos imagen

Hacer presión para que las actividades que se suponga implican intercambio o transmisión de ideas se hicieran mayoritariamente por la radio, donde lo único que tiene uno es la palabra y no hay un formato visual que distraiga, sería beneficioso.
Si la comunicación de políticos a ciudadanía estuviera, por regla general, limitada a emisiones sonoras, nos libraríamos del formato ridículo con que funciona el parlamento, con una sucesión de discursos sin diálogo, pensado solo para el momento en que la bancada de cada uno aplaude o abuchea. Me da que en la radio no valdría intentar ese efecto, porque el oyente al escucharlo no podría hacerse una imagen de cuanta gente está participando, y se perdería la sensación de "ves cuantos apoyan lo que digo".
También eso tan de moda ahora de que detrás del orador, en los mítines, pongan a gente que lo aplauda, sería bueno que no hubiera ciudadanos que pasan por ese bochorno, aunque sea algo totalmente voluntario, y los que lo hacen seguro que están agradecidos de que les dejen hacerlo, pero el ser presentado ante todo el mundo como alguien dispuesto a aplaudir sin criterio lo que dice el líder, es una vergüenza que para siempre. Es un caso en que, un medio técnico abre la vía hacia una forma de pervertirse.

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